jueves, 21 de mayo de 2009

Series del Desencanto

Deudas no acordadas

Hay una variedad de hechos que se escapan por completo a nuestra voluntad y que tienen una influencia decisiva en nuestra vida y nuestro comportamiento, que muchas veces pasamos por alto o ni siquiera nos damos por enterados como por ejemplo el mismísimo hecho de haber nacido, el hogar donde nacimos, si se es pobre o rico, el país al que pertenecemos; ninguno de nosotros tuvo que ver con nada de eso, podría pensarse que ya puesto el individuo en escena se hará dueño de sus propios actos, pero algo me hace pensar que eso no es del todo cierto, porque de alguna u otra forma siguen operando una serie de fuerzas extrínsecas que de alguna u otra forma determinan nuestra vida



Desde pequeños escuchamos a nuestros padres diciendo “mijo estudie para que sea alguien en la vida y no termine como yo que no quise seguir y vea como estamos de pobres” por haber nacido pobres adquirimos la deuda de no repetir el mismo error de nuestros padres, (que fue el de no seguir estudiando) lo curioso es que en la mayoría de los casos esa deuda nunca queda saldada, porque hay que retribuir a los padres todo ese tiempo que nos han mantenido y con mucha razón pues llevar las riendas de un hogar siendo pobre es una tarea titánica y en caso de tener la fortuna de seguir los estudios, para no repetir los errores de nuestros padres y procurarnos un mejor modo de vida los profesores nos recordaran mas o menos con insistencia acerca de la enorme responsabilidad que tenemos por estudiar en una universidad u otra institución financiada por el estado que no es otra cosa mas que una deuda adquirida pues la retribución a la sociedad no entraba dentro de nuestros planes; Al estado entre otras cosas se le debe un año de servicio militar obligatorio, las cuentas de cobro por los errores del pasado van pasando a las futuras generaciones, el enorme peso de subsanar los descalabros de nuestros padres y abuelos recae de esta forma a los hombros de la juventud y la mayoría de jóvenes, tenemos en mente procurarnos la forma de colaborar en el hogar o los que ya son padres (que no son pocos) están (me imagino) pensando en el próximo truco de magia para hacer rendir el dinero, en otras palabras ,estamos pensando en procurarnos un modo de vida, sin imaginarnos los fantasmas que tenemos encima. La cuestión seria ¿que hacer después de ver el fantasma? La verdad no tengo una respuesta a esa pregunta, solo se que me quedan mas inquietudes acerca de la autonomía y la libertad pues parece que estas se circunscriben a cierto ámbito de la vida y que fuera de este operan otro tipo de leyes y conceptos. Y siendo mas lo que queda por decir sobre el tema mejor lo dejo donde esta por el momento. Con su permiso gracias.



John Saenz

2 comentarios:

Palmesole dijo...

Siempre me hacés dar ganas de escribir, lo haré

John Saenz dijo...

En ese caso espero ser el primero en leer algo tuyo