jueves, 31 de diciembre de 2009

Series del Desencanto


El perdido y la desaparicion voluntaria



En el amplio repertorio de expresiones populares se encuentra una que seguramente habremos oído o nos han llegado a poner como la de “perdido” que es como se le denomina a la persona que se ausenta dentro de un determinado lapso de tiempo, la característica del perdido es que en algún momento se llega a saber algo de él ya sea porque en algún momento aparezca, o se lo encuentre uno de forma esporádica o de forma indirecta cuando se llega a saber algo de esa persona por medio de otros que lo han visto o tratado; siendo variadas las razones por las que uno puede llegar a perderse, como por ejemplo un disgusto, falta de tiempo o mero descuido, aunque en ocasiones es saludable guardar las distancias, algunos sienten la necesidad de ampliar más ese espacio donde ya no es suficiente con perderse y contemplan la posibilidad de desaparecer; Suena disparatado creer que hay personas que están pensando en desaparecer, pero es pertinente aclarar que el deseo de desaparecer no necesariamente involucra un suicidio o un aislamiento con el resto del mundo, es más, hasta puede de cierta forma propiciar encuentros con otras personas, la desaparición voluntaria vendría siendo la acción de alejarse definitivamente de alguna persona, un grupo de personas o determinada situación y no resulta tan disparatado cuando hay personas que no ven la hora de terminar su contrato de trabajo para largarse de ese lugar y no volver a verle la cara al jefe, dejar una mala experiencia amorosa con persona y todo, cortar todo lazo con esa persona que le está haciendo la vida de cuadritos o el que desea no ser reconocido por nadie para que no lo atrape la justicia; de manera que el desaparecer implica un cambio profundo y definitivo donde la acción por excelencia es el viaje y a pesar de las influencias exteriores es el individuo el que toma la decisión y la acción de desaparecer cosa contraria a lo que sucede con las desapariciones forzosas.

La desaparición puede generar desconcierto viéndose el desaparecido envuelto en todo tipo de especulaciones y teorías de todo tipo acerca del por qué y el cómo de la desaparición, en internet uno puede ver infinidad de casos de personas desaparecidas, que se van sin dejar ningún rastro y siendo tan común la impunidad con la que quedan algunos crímenes es común que la mayoría de las desapariciones no sean voluntarias, por otra parte la literatura no podría quedarse atrás ni mas faltaba, al ofrecernos personajes como el doctor pasavento del escritor español Enrique Vila-Matas que podría ser algo así como un perdido con una buena chequera o Nick Bowen personaje inventado por Sidney Orr en la novela de Paul Auster la noche del oráculo en la cual logra la desaparición del señor Bowen al nivel de la narración en que se encuentra inmerso el personaje y también al nivel del mismo lector pues llega un momento en que no es posible saber más nada mas de Bowen y así solo por mencionar algunos.

El perdido o desaparecido no es un personaje que genera simpatía, ya se ha dicho que puede ser fuente de desconcierto, la verdad es que la relevancia de la desaparición está dada en la impresión que haya dejado la persona ante los demás o por el nivel de recordación, factor que a veces deja de importarle más al desaparecido que al perdido pero en ambos casos es mejor cuando se hace la salida silenciosa en buenos términos con las demás personas (tal vez sea por ese capricho personal que no he sido capaz de desaparecer) de manera que el valor que pueda tener el desapareció o perdido corre por cuenta de sus acciones antes de irse y de la forma en que deja todo; ya queda el ejercicio para cada uno comprobar si se ajustan o no estás suposiciones y si es del caso recordar alguna persona que ande perdida o desaparecida voluntariamente, como lo he hecho estos últimos días. Gracias.

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