sábado, 6 de diciembre de 2008

Series del desencanto


CONSIDERACIONES DESEMBRINAS


Creo que me puedo contar entre la minoría que espera que llegué Diciembre para hablar de diciembre, en otras palabras que cree que noviembre no es lo mismo que diciembre; así como los que apuraron hace unos años el fin del mundo y terminaron con los crespos hechos, apurar un diciembre de bebida, comida, rumba, regalos y promesas de borracho, constituye apurar un enero de resaca, sin dinero y con vergüenza, así que no se preocupen ya estamos en diciembre y para los que esperamos ese maravilloso día en que la humanidad deje de existir también nos llegara la hora.

Y que mejor imagen que recoja el espíritu navideño que la que nos ofrece Juan Fernando Ospina para la portada del periódico Elocio (el mejor periódico que he leído y que guardo como un tesoro) quizá sea su mejor pose, porque un tipo tan noble como el viejo noel a pesar de lo trágico que se ve en la foto, se fue feliz de la dicha. Una persona tan noble y bonachona como el, no aguanto el trajín de los almacenes en los centros comerciales de Medellin y en especial el centro de la ciudad, en que con solo mirar un articulo lo jalan, para probarle un montón de cosas que no necesita, se aburrió que le recuerden cada que da tres pasos que quieren su dinero con un "a la orden que estilito buscaba" de sentirse como raro cuando pasea por los centros comerciales y sentir como que algo no anda bien, como una cierta repulsión de su espíritu al ver a toda esa gente que se regocija comprando y se diga: pero que cosa mas loca ¿acaso perdimos el rumbo? ¿sera que no se aburren de que en trecientos locales quieran su plata y de tener que tasar el dinero para averiguar cosas en la mayoría de almacenes? ¿sera por que estoy viejo? ¿sera que me estoy volviendo loco? ¿o serán ellos? Con base a estas incógnitas que seguramente se habría hecho durante varios años, se fue lo mas lejos que pudo buscando un lugar donde descansar y sentirse por un momento feliz y solo, en el camino solo le alcanzaría el dinero para comprar unas tres botellas de vino, se encerró en un cuarto y !!que alivio sintió,¡¡ se sentó en una silla y empezó a tomar, estaba tan contento como en muchos años no se había llegado a sentir, se asomo a la venta, vio la gente y pensó en el próximo año, en todos los años que llevaba haciendo lo mismo, viendo lo mismo, en comparación con la alegría que estaba sintiendo y que no cambiaria por nada, entonces retiro la instalación que colgaba de la ventana con mucho cuidado de no desconectarla para que siguieran alumbrando los bobillos, ato uno de los extremo a la viga del techo para, ello tuvo que pararse en la silla y el otro extremo lo ato a su cuello, no podrían imaginarse lo feliz y contento que estaba.

De nuevo en la realidad, yo no haría lo mismo que papá noel, porque no soy tan noble como el y no le daría gusto a esos egoístas de los almacenes o a esas personas que todo les sale mas barato que a uno, esos que si uno les dice que le regalaron un par de boxer, le dicen a uno que a ellos también pero autografiados por el gerente de la empresa que los confecciono, esos que consiguen rolex de diez mil pesos y ropa de marca a precios de huevo (¿o de robo? ¿o de mentira?) en fin, hay tantas cosas por las que diciembre es tan maluco, que ni me molestare en escribirlas, por ahora me consolare con este papá noel que en mi opinión y siguiendo la linea argumental (acomodada a las circunstancias) es el mas decente e interesante que he llegado a ver, no siendo mas los dejo.


Jhon Saenz

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